lunes, 13 de abril de 2009

Supuestos...¿Imposibles?

Mmm... tenía muchas ganas de contaros esto, y no desde hace mucho, porque fué concretamente ayer cuando leyendo cierto articulo se me abrió la ventanita en la cabeza.

De mi teoría para justificar pedir una Cocacola Zero tras haberse hartado a morcilla y chorizo en Huétor lo que os fallaba eran los supuestos; y es que yo siempre empezaba por "Suponed que....." ...

Pues hoy os traigo algo mucho más goloso, un nuevo caso de "Supuestos...¿imposibles?" que seguró os hace pensar. ¿Adelante?.

Vamos a utilizar como ejemplo al Señor Cabeza (ese engaliao a la sombra), y comenzamos a suponer:

A los 15 años de edad, en el mes de julio, el Señor Cabeza hacía un "taller" en el campamento de verano. Su mente inquieta no dejaba crear, y con algunos materiales y herramientas construyó un "Super - Telescopio - Super - Rápido" ¿Que esto qué es?

Muy fácil. Supongamos que dicho telescopio tenía una óptica tan perfecta que podría observar cualquier detalle a cualquier distancia. Repito, "cualquier", en ambos casos. Supongamos el más difícil todavía: el telescopio podía propulsarse a velocidades superiores a la velocidad de la luz. Y por supuesto, tendría la capacidad de almacenar las imágenes captadas y retransmitirlas.

(Hace años que existen telescopios espaciales con sistemas ópticos casi perfectos que retransmiten imágenes de galaxias a la Tierra, así que lo realmente "suponible" es superar la velocidad de la luz, y por supuesto, que el Señor Cabeza fuera tan listo)

Aceptados los supuestos, la historia continúa cuando el Señor Cabeza colocó el telescopio junto al mástil del campamento (scout, faltaría más), programó una velocidad constante de 1.3 veces la velocidad de la luz ...y lanzó el telescopio hacia el cielo.

En mayo, pero 14 años después, (el Señor Cabeza ya contaba con 29 años a sus espaldas), el telescopio se detuvo en mitad del espacio tras su largo viaje. Completamente quieto.

Llegó Agosto, fué tentado por el lado oscuro de la asociación, y el Señor Cabeza acabó colaborando, un año más, en un campamento de verano.

Recordando sus batallitas y hazañas de años atras contó a sus amigos el día que construyó el telescopio, y para demostrarlo se sentaron en la plaza de campamento y el Señor Cabeza solicitó una foto al telescopio. Entonces, comenzaron los problemas.

La solicitud de imágenes se hacía (igual que se hace en la realidad) mediante transmisiones de ondas de radio. Como sabemos, una vez abandonan la atmósfera terrestre se desplazan, digamos, a la "velocidad de de luz" (dado que ambas son ondas electromagnéticas).

Sabiendo que el telescopio viajó durante 14 años a 1.3 veces la velocidad de la luz, el Señor Cabeza no tardó en calcular que la petición de la imagen tardaría unos 18 años en llegar al telescopio; con lo cual, y para corregir este desfase, la petición fué algo como "muéstrame lo que estabas viendo hace 18 años".

Pero no solamente eso, es que la foto debería regresar a la Tierra! Por supuesto, otros 18 años de viaje.

Con esto, nos encontramos al Señor Cabeza con 65 años (29+18+18) , al borde de la jubilación, recibiendo la foto que se hizo desde el espacio cuando tenía 29 años en el campamento de verano.

Hasta aquí llegan mis supuestos, y ahora, os pregunto yo a vosotros. Sería muy buena idea que dejáseis vuestras respuestas/ideas en los comentarios; yo, tras leeros, escribiré un nuevo post explicando las mías.

¿De qué color llevaban el uniforme scout en la foto recibida desde el telescopio?

No miréis los comentarios si no sabéis la respuesta, ya hay respuestas válidas

Pensádlo, no es ninguna tontería...

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sábado, 11 de abril de 2009

Odot

De vuelta a casa el aire pesa cada vez más.

Sobre todo después de la parada en el camino.

Ahora me acuerdo de aquella canción que estaba al revés escondida en un disco de Los Piratas:




Maldita sea...

martes, 7 de abril de 2009

La tan increíble como cierta historia de Jimeno

Aquel lunes Jimeno se despertó temprano, sobre las 8:00h.

Tomó una ducha rápida, se cepillo los dientes y con la toalla enrollada en la cintura salió del baño. La noche anterior había cenado demasiado y se encontraba algo molesto, así que Jimeno se saltó el desayuno y regresó al dormitorio dispuesto a vestirse.

Consultó en su agenda las citas del día y escogió su traje gris, el de la corbata con rayitas moradas, porque le parecía el más adecuado para la junta de accionistas.
Revisó por última vez el contenido del maletín del portátil, asegurándose de que no faltara ni el cargador de baterías ni el ratón USB.

Jimeno apagó las luces, se colocó el sombrero y salió de casa no más tarde de las nueve.
¿No te resulta increíble? Quizá la historia pueda resultar cotidiana, pero es que Jimeno....
Jimeno es un perro.




Para Sonia, porque ambos recordamos a Jimeno, el Perro Bueno.

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