sábado, 25 de diciembre de 2010

Historias (5ª parte)

Y pasó que al Sr. Otxoa se le molestó. Quizá durante más tiempo del que a él le hubiera gustado, pero al final las cosas salieron bien.

Y así pasó el tiempo. Se podía decir que la vida le sonreía. Tenía un trabajo que le obsesionaba, una familia que quería, buenos amigos y alguien a su lado. Pero Xavier es un muy puntilloso, le gustan las cosas a su manera, que no quiere decir que no acepte otros puntos de vista, pero se siente incómodo y, a veces, se pone algo nervioso, hasta irritable...

Y pasó, que Xavier empezó a pensar que la cosas se pueden torcer, que no todo es bonito y maravilloso y que la vida sube y baja. Que hoy estás aquí y mañana puedes estar vete tu a saber dónde. Pero lo mejor mejor de todo es que él era plenamente consciente de ello, y aunque estuviera algo irritable, en el fondo estaba bien.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Mi 2010 en Canciones.....

Canciones que asocias a momentos, a lugares, y sobretodo a personas. Algunas importantes, otras no tanto, e incluso personas imprescindibles.

Canciones que no serán las mejores, pero que resumen  mis últimos 12 meses.

Enero de "Come with me" y "Tú me llevas",  Mayo que empezó con "Mi ventana al mar" y acabó con "Viure sense tu", Septiembre para "Conocerte" y un "Te odio" que se prolongó hasta Octubre.

En Noviembre sonaban "La Piedra" y "Mi hermana pequeña". Y un Diciembre incompleto que se estrenó con "La primera canción"

Aunque falten días para acabar el año, pero este era el mejor momento para hacer balance.

A l@s que habéis estado ahí, gracias por todo este tiempo. Y especialmente a l@s que os sintáis aludid@s con estas canciones...

Ya sabéis que os quiero.

http://open.spotify.com/user/spotskorzo/playlist/0mYUDHpMK8djPYIdrGHx28

jueves, 7 de octubre de 2010

El profesional

- ¿Hola, buenas noches?

- Adelante, tome asiento

- ...

- ¿Por dónde empiezo?

- Le agradecería si empieza usted por el principio ...


- Oye, que ya hay un post en el blog que empieza justamente así ...

- ¿Que mierda me estás contando? ¿Qué es esto? ¿un metapost? ¿una metaconversación?

- No hombre, yo que sé, es solo para que lo sepas....


- Anda, cierra la puerta

- ¿La puerta?

- Si, pasa, pero cierra la puerta, no sé...mejor así, ya sabes, ¿no?

- ...

- Traes cara de jodido

- Sí...la misma que tú, exactamente...

- Sabes que esta conversación va para largo, ¿verdad?

- Sí, ¿y?

- Pues que empiezo a estar harto de poner los guiones delante de cada frase...

- ¿De verdad eso es un motivo?

- Lo es, pero no el único... hay otro motivo, y es que la gente pasa de conversaciones largas

- ¿Ya estamos con el metapost? ¿Te quieres centrar o que? ¿No estamos hablando tú y yo?

- Sí, si que tienes razón...


- A lo que íbamos ... estoy planteándome lo de ser autónomo

- ¿Ah si? ¿de que me hablas? ¿fotosíntesis?

- No coño, autónomo, de los que luego no tienen paro..

- ¿Y eso?

- Porque me considero un profesional, y quiero empezar a pasar factura. Hasta ahora lo hacía gratis.

- ¿De que me estás hablando? ¿De los apaños con el photoshop y esas cosas?

- No hombre... de que soy Gilipollas. Pero auténtico. Gilipollas profesional.

- Nah, no será para tanto ...


- ....


- Si...bueno...un poco siempre lo fuiste... ¿pero piensas cobrar?

- Por supuesto. Estoy cansado de ser siempre Gilipollas y no poder nunca cobrar las consecuencias. ¿No te has dado cuenta de que todo el mundo se acaba riendo absolutamente de mí?

- Eh, tampoco vayas de subidito, que muchas de las cosas que te pasan te las buscas tú solito...

- Pues sí, lo reconozco, pero las que busco las asumo, ¿y las demás? ¿No te das cuenta que después de hoy, ya nada puede sorprenderme?

- No trasciendas tanto...

- Es que joder.... sólo me sale esa frase, soy Gilipollas.

- Mmm no te quiero llevar la contraria, pero, ¿sabes lo que son los duros de madera?

- ¿Me estás llamando falso?

- Hombre, falso no....bueno...quizá un poco contigo mismo, ¿no?

- Y yo que sé... de momento sólo Gilipollas, no me lo pongas más complicado

- Tienes razón, tienes razón, vamos a no mezclar cosas

- ...

- Por cierto... .. ¿como piensas pasar factura?

- No lo sé, pero no voy a ser Gilipollas gratuitamente, eso te lo aseguro.

- Me parece bien...porque la verdad... pareces muy afectado.

- Pues sí, no se me ha caído un mito, se me ha caído una realidad, de las pocas que quedaban! y fíjate ...que desilusión, ¿verdad?

- De las grandes...

- ¿Puedo ponerte música? creo que necesitas escuchar como empieza esta canción ...

- Adelante, por favor...

- "Dices que me añoras...tal vez sea verdad!! no siempre hay a mano alguien a quien patear.."

- Uf...párala !

- "Y que me digas...o que me cuentes..francamente me da igual..."

_ Déjalo, en serio, no seas cabroncete ...además, esto comienza a ser eterno

- Pues sí, además parece como si estuvieras ensayando

- ¿Ensayando?

- Joder, llevas, llevamos, media hora hablándote, hablándonme, ¿hablándonos? en el espejo, como si quisieras ensayar para contarle esto a alguien ...

- Que no tío, solo hablo contigo, conmigo mismo, ya sabes... estoy reflexionando

- ¿No tenías con quien hablar esto?

- Es lo de menos... ya es un problema interno, soy Gilipollas yo, es inevitable.

- Empiezo a sentirme ridículo de hablar conmigo mismo delante del espejo, la próxima vez reflexionamos en silencio...

- Mmmm de acuerdo, pero entonces no podremos publicar en el Engaliao....

- Encima de Gilipollas sigues haciendo un metapost.....

- Tío, que estoy rayao...

- Lo sé, bueno, lo sabemos ....en fin .... Las cosas..... ¿Acabas tu la frase?

- Sí... las cosas salen como salen

lunes, 4 de octubre de 2010

Humanidad

Siempre pensé que no eras humana, que eso no iba contigo. A lo mejor pensaba que era solo algo cultural, pero no...

No somos tan distintos, sentimos las mismas cosas, y no es fácil afrontarlas. A lo mejor es más difícil para algunos que para otros, pero para nadie es fácil.

"Il est difficile, mais je serai à vos côtés lorsque vous avez besoin de moi"

Sólo lo intento, intentémoslo juntos.

sábado, 2 de octubre de 2010

Historias (4ª parte)

Xavier despertó lejos, muy lejos de casa. Pero ya sabía donde estaba, y le gustaba. Su vida había cambiado mucho en muy poco tiempo.

Aunque hay cosas que nunca cambian, todas las mañanas se levantaba y se tomaba su tiempo para prepararse un buen café, y leer las noticias del día con tranquilidad. Solo que últimamente, a veces se le atragantaba el café, el amargor se le hacía extremadamente dulce, y ni siquiera usaba azúcar.

En esos días, se limitaba a sonreír, y a aceptar lo que la vida le pusiera delante. Todo valía. Al menos de momento.

El Sr. Otxoa puede ser algo temperamental a veces, no conviene molestarle.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Entre sin llamar

Así rezaba el letrero, pero la puerta no se abría, así que llamé por si acaso.

- Adelante, está abierto - Dijo una voz desde el otro lado.

Dentro, la luz que entraba por el amplio ventanal tras el escritorio era tanta que tuve que entornar los ojos y aún así no conseguía distinguir la silueta que estaba sentada al otro lado de la mesa.

- ¿Por qué has llamado?, muchacho.
- Es que parecía cerrada.
- Bueno, es una puerta vieja... a veces se atranca. Pasa, no te quedes ahí. Siéntate, ¿qué te trae por aquí?

Sé que me hablaba a mí porque no había nadie más en la habitación, pero parecía tener toda su atención en sus cosas. Mi pupila se iba acostumbrando a la luz y vi que no paraba de ordenar papeles, teclear en el ordenador y mirar a algunos monitores que había a su lado. Aunque no sé lo que había en ellos, no los podía ver.

- Parece que ahora está atendiendo demasiados asuntos... quizá podría volver más tarde.
- Podrías, pero seguramente me pillarías igual - Sonrió, sin levantar la cabeza - Yo nunca descanso.
- Bueno. Esto no me resulta muy fácil, pero si tiene que ser así...

Realmente me estaba sintiendo incómodo e inseguro por momentos.

- Ánimo - Me dijo mientras se levantaba a coger un libro de la estantería.
- Verá, abajo me han dicho que quizá usted podría ayudarme.
- Si has llegado hasta aquí debe ser importante - Volvió a sentarse y empezó a hojear el libro - Generalmente no me ocupo directamente de cualquier asunto. A veces hay que saber delegar en gente de confianza, tú ya me entiendes.

No me gustó la expresión de su cara mientras empezaba a usar aquella especie de calculadora.

- De hecho creo que es usted la única que puede ayudarme...
- ¿De qué se trata entonces?
- He venido a matarle.
- ¡Cómo!

El disparo fue tan instantáneo que hasta yo me sorprendí. Todo quedó congelado por un momento. Dudé de si había acertado, pero un hilo de sangre empezó a recorrerle la cara desde la frente. Como en las películas.

Sus ojos aún abiertos habían quedado inmóviles justo en el momento en que me dirigió la mirada por primera vez. Me levanté para cerrárselos con mis dedos y me marché.

El trabajo estaba terminado. Ahora podría bajar y decirle a mi jefe que lo había hecho. Había matado a la Razón. Ahora nadie truncaría sus planes.


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lunes, 9 de agosto de 2010

¿ Suicidio en "El Mago de Oz" ?

**EDITADO 19 de Mayo 2013** LA HISTORIA DA UN GIRO! LEED EL POST HASTA EL FINAL

Una de las películas que más me impactaron de niño fue "El Mago de Oz".

Es de esos recuerdos que guardas con la esperanza de que nunca se enturbien, y quizá por eso nunca he querido volverla a ver.

Pero recuerdo perfectamente las escenas en Kansas, la música, y sobretodo cierta estética entre hipnótica y oscura que a día de hoy me sigue atrayendo...sin saber bien por qué.

Ayer, curioseando y perdiendo el tiempo por internet, me encontré con un listado de "películas malditas" y me sorprendió encontrar a "El Mago de Oz".

Existe la leyenda de que durante el rodaje de una escena en el bosque de baldosas amarillas, uno de los enanos que participaban en la película (los llamados Munchkin) se subió a un árbol para... suicidarse ahorcado.

Lo curioso es que el director, Victor Fleming, (y en 1939..ya ha llovido...)se percató de que el incidente había quedado registrado en la grabación, pero repetir la escena hubiese sido demasiado caro, así que confiaron en que el detalle pudiese pasar inadvertido.

Fijaos en esta escena:



Sé que tendréis que verla varias veces...

Pero al fondo de la imagen se ve como una figura intenta parece subir por el árbol, hasta que finalmente cae de este, balanceándose.

Por quitarle dramatismo al asunto...fijaos también en el resbalón que da el espantapájaros... que hasta tienen que sujetarlo... Quizá el pobre fue el único en darse cuenta en directo de lo que estaba pasando.

Os lo enseño con más zoom para que apreciéis como intenta subir un par de veces sin éxito, hasta que finalmente cae (si me apuráis, con pantalón negro y camisa blanca)



¿Qué pensáis? a mi anoche me revolvió un poco, sinceramente...

El caso es que estuve pensándolo, y yo esa escena la recordaba en blanco y negro.

Por lo tanto... si existe una versión coloreada (ya sabéis que muchas películas están en color porque se colorearon uno por uno sus fotogramas) ... ¿Por que no trataron de eliminar, o al menos disimular el suicidio?

La respuesta es sencilla: la película no se rodó en blanco y negro; se hizo simultáneamente en sepia y en Technicolor.

Para el montaje final se usaron algunas escenas en sepia (las que transcurren en Kansas) y otras en Technicolor (las que transcurren en Oz).

Por lo tanto, la escena del suicidio nunca fue difundida en sepia/blanco y negro, siempre fue en color...lo que pasa que muchas personas guardan recuerdos desde que la televisiones eran en blanco y negro....

Y sí, sé que hay vídeos circulando sobre esta escena en blanco y negro, pero repito...originalmente era en color.

¿Que pensáis de todo esto? ¿Os dejo que sigáis mirando el vídeo con detenimiento, o preferís una respuesta al misterio?

.....


Ni enano, ni Munchkin, ni suicidio... es un pájaro. Se usaron multitud de animales en la película, y en concreto en esta escena se diferencia perfectamente a un pájaro de grandes dimensiones (probablemente una grulla) como esta delante del árbol, como inclina el cuello hacia el suelo, como gira, y finalmente abre las alas.

Volved a mirad el segundo vídeo que he puesto, y os daréis cuenta de lo fácil que resulta ver a la grulla.

Y si lo queréis aún mas claro, os dejo este otro vídeo (no hace falta entender el audio...)




ACTUALIZADO 19 de Mayo 2013

Han pasado casi 3 años desde que escribí este mensaje. 3 años!
Me consta que es uno de los mensajes más visitados de este blog; probablemente el que más. Y sin embargo, tras tanto tiempo, esta tarde me he llevado una sorpresa (grata sorpresa).

Un usuario anónimo (L) ha comentado que existe una versión VHS, en la cual la escena es...Diferente.

Es fácil llegar a esta información: http://www.imdb.com/title/tt0032138/releaseinfo?ref_=tt_dt_dt

En 1998 se remasterizó la película. Desconozco si para entonces ya se editó en DVD, pero lo cierto es que fue remasterizada.

Buscando en Youtube por "VHS Wizard of Oz" es bastante fácil encontrar el siguiente video. No perdáis detalle:



¿Y ahora qué? Dudo que esté manipulada, apostaría porque esa imagen pertenece realmente a la película.
Y a mí eso no me parece un pájaro. Tampoco me parece un tipo colgando, pero desde luego que un pájaro no es.

¿Entonces? ¿Se entretuvieron en sustituir "esa cosa" por un pájaro cuando remasterizaron la cinta?
¿No hubiera sido más fácil eliminarlo directamente, y no poner nada?

Se reabre el debate!

martes, 3 de agosto de 2010

Y cuando se fue acercando eI día de la partida: -¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré. -Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique... -Ciertamente -dijo el zorro. - ¡Y vas a llorar!, -dijo el principito. -¡Seguro! -No ganas nada. -Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo. Y luego añadió: -Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto. El principito se fue a ver las rosas a las que dijo: -No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles: -Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin. Y volvió con el zorro. -Adiós -le dijo. -Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos. -Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse. -Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella. -Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo. -Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa... -Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.

lunes, 2 de agosto de 2010

La consulta del Doctor Cocó

- ¿Doctor Cocó?

- Adelante, tome asiento

- ...

- ¿Por dónde empiezo doctor?

- Le agradecería si empieza usted por el principio ...

- Doctor tengo demasiadas cosas en la cabeza...últimamente no encuentro buenas razones en mi vida.

Me paso el día durmiendo; en el sofá, en la cama, e incluso hay días que duermo en la cocina.

Como a deshoras, cuando me apetece, pero la comida siempre me sabe igual.

Siento que soy esquivo, que me escondo de las personas, que no atiendo a razones y que no soy obediente....

- Continúe, señor... mhh ...

- Patrick, Patrick

- Continúe señor Patrick

- Cuando cae la noche algo despierta en mí y me empuja a la calle. Paso horas vagando, hasta bien entrada la madrugada.

Repaso cada rincón, metódicamente cada noche, como si nunca hubiese pisado el suelo. Analizo cada sonido y cada sombra.

Vuelvo a esconderme, salto y me escabullo pero siempre sin bajar la guardia.

- ¿Algo más que deba saber?

- Doctor...hable un poco más bajito... es posible que...me estén vigilando.

- ...

- Anoche noté un pequeño bulto en el cuello, sé que es algo extraño, pero... debe ser un microchip doctor, me han implantado un microchip subcutáneo en el cuello. Me tienen controlado.

- Basta, basta señor Patrick, esto no tiene pies ni cabeza.

- ¿A qué se refiere doctor?

- A que usted no ha empezado su historia por el principio. Así que déjeme ayudarle. Debe usted aceptar su condición, no es más que eso, aprenda a aceptarse.

- Sigo sin entenderle doctor.

- Señor Patrick... un gato. Es un usted un gato, un gato doméstico, sin más, un gato.

- Vaya doctor .... es usted todo un lince ...

- Lo soy, pero yo... lo sé.


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miércoles, 28 de julio de 2010

Instrucciones para llorar

Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

miércoles, 21 de julio de 2010

Historias (3ª parte)

Habían pasado como seis o siete años desde aquella llamada o, al menos, eso pensaba Xavier. Desde luego algo había cambiado en él. Seguía absorto en su trabajo y sus negocios pero su mente estaba inquieta continuamente y a veces, cuando salía de la ciudad, la dejaba volar. A veces se iba tan lejos que le costaba varias horas regresar, pero sin duda, era cuando más merecía la pena.

Solía imaginar una bonita cena, con una buena conversación y una inmejorable compañía. Solía imaginar bonitos finales, de los malos ya se encargaba la propia realidad. En esos finales no había tristes despedidas ni prisas. Todo llegaba en su debido momento. Al acabar la cena, la conversación seguía en algún lugar de luz baja, buena música y poca gente, de esos que le gustaba visitar cuando tenía algo de tiempo libre.


- ¿Y después?
- Ya sabes qué pasa después.

viernes, 9 de julio de 2010

Firenze

Camino encogido dentro de mi abrigo, por la ahora desierta Via de Roma. Aun resuenan en sus esquinas los ecos del bullicioso día. De madrugada, las silenciosas calles de Florencia acogen al solitario con su hospitalidad de siglos. Ya se vislumbra al fondo la piazza de san Giovanni, y la grandeza que espera agazapada, que salta sobre ti al doblar la esquina. Santa Maria dei Fiore observa complacida al espectador de su belleza soberana. Empieza a nevar, las luces y los copos se mezclan en mi cabeza y me siento un poco mareado. Veo una silueta sentada en el suelo, a los pies de una estatua de Brunelleschi, parece una chica de unos veinte años. Me acerco y le pregunto si se encuentra bien. Reacciona salvajemente y salta hacia mí con los ojos llenos de rabia, cuando me coge del cuello se desmaya y cae al suelo. Es preciosa. Intento despertarla, pero sigue inconsciente. Quiero ayudarla, pero me resisto a la idea de llevarla al hospital y no volver a verla nunca, perdida en el sistema sanitario. Así que la cargo en mi hombro y me la llevo a mi casa. Al llegar a casa mis compañeros están dormidos así que no tengo que responder a preguntas incómodas. Le quito la ropa mojada y la meto en mi cama. Voy a la cocina y me preparo un café, esperando que me ayude a pensar con claridad porque siento que estoy siendo arrastrado a un pozo oscuro que está dentro de mí. Siempre he sido una persona razonable. Si me hubiesen preguntado que haría en una situación similar a esta antes de esta noche, mi respuesta categórica hubiera sido completamente diferente a mi manera de actuar. Sin embargo me siento exaltado y feliz, como un héroe de algún mito clásico, como Prometeo debió de sentirse tras robar el fuego a los dioses. Vuelvo a mi habitación, me siento en una silla y paso toda la noche observándola. Me fijo en cada uno de los detalles de su rostro. Es realmente preciosa. Pelo negro, ojos grandes, nariz perfecta, boca carnosa, con unos labios que vuelven loco. Parece agitada en su sueño. Las horas pasan lentamente, cuando el sol comienza a aparecer por la ventana, ella se despierta. Me mira y no parece sorprendida. Me da los buenos días, me pregunta si hay café. Vamos a la cocina preparo café y tostadas. Desayunamos en silencio, luego me pide permiso para darse una ducha. Entra en el cuarto de baño y oigo el agua de la ducha, imagino que soy una gota cayendo por su cuerpo. Me voy a mi cuarto y me tumbo en mi cama, aspirando el aroma que ha dejado en mis sábanas. Me quedo dormido y sueño que sale de la ducha, entra en mi habitación y me da un suave beso en los labios. Cuando despierto se ha ido. Nunca la volveré a ver.

lunes, 5 de julio de 2010

¿Te mareas o te asustas?

"Dijo una vez:
- Mochuelo,¿es posible que si cae una estrella de ésas no llegue nunca al fondo?
Daniel, el Mochuelo, miro a su amigo, sin comprenderle.
- No sé lo que quieres decir - respondió.
El moñigo luchaba con su deficiencia de expresión. Accionó repetidamente con las manos y, al fin, dijo:
-Las estrellas están en el aire,¿no es eso?
-Eso.
-Y la tierra esta en el aire también como otra estrella,¿verdad? - añadió.
-Si;al menos eso dice el maestro.
-Bueno, pues es lo que te digo. Si una estrella se cae y no choca con la Tierra ni con otra estrella, ¿no llega nunca al fondo? ¿es que ese aire que las rodea no se acaba nunca?
Daniel, el mochuelo, se quedó pensativo un instante. Empezaba a dominarle también a él un indefinible desasosiego cósmico. La voz surgió de su garganta indecisa y aguda como un lamento.
- Moñigo.
- ¿Que?
- No me hagas esas preguntas: me mareo.
- ¿Te mareas o te asustas?
- Puede que las dos cosas - admitió.
Rió, entrecortadamente, el Moñigo.
-Voy a decirte una cosa- dijo luego.
-¿Que?
- También a mí me dan miedo las estrellas y todas esas cosas que no se abarcan o no se acaban nunca. Pero no lo digas a nadie, ¿oye? Por nada del mundo querría que se enterase de ello mi hermana Sara."

domingo, 4 de julio de 2010

El Experimento

El gran científico llevaba años con sus investigaciones atascadas. Había probado miles y miles de variaciones pero su último experimento no daba frutos. Décadas atrás había resuelto grandes problemas y poderosos enigmas de la realidad y el ser. Pero ahora, tras años invertidos en su gran proyecto, sus fuerzas empezaban a flaquear y temía volverse loco por su incapacidad para dejar de pensar en el experimento fallido. En el borde de la locura decidió construir otro dispositivo, uno que le aliviase el tormento que estaba atravesando. Tras meses de trabajo lo tuvo listo.

La apariencia del ingenio era simple. Un televisor muy viejo, color rojo, con una rueda dentada para cambiar de canal, pantalla en blanco y negro. De los laterales emergían dos poderosos cables, con apariencia de lustrosas serpientes albinas. Los cables acababan en un par de electrodos. El gran científico se sentó en un sillón frente al televisor, se colocó los electrodos en las sienes, y encendió el televisor. Los cables se iluminaron, y de los electrodos fluyó a través de los cables lo que parecía un líquido multicolor. Cuando alcanzó el televisor apareció una imagen.

En la pantalla, el científico se veía a sí mismo, estaba en una habitación blanca, sentado en una incómoda silla, sus muñecas amarradas a los reposabrazos, sus tobillos encadenados a las patas. De un altavoz que había en una de las paredes salía una voz. Su propia voz. Constantemente insultaba al científico. Recorría su vida y cada una de las humillaciones que había sufrido y se reía de ellas. La voz, su voz parecía disfrutar con las lágrimas que brotaban del indefenso hombre atado a una silla. El gran científico giro la rueda, estaba demasiado familiarizado con esa imagen.

Apareció entonces en pantalla un informe del tiempo. Una reportera anunciaba un tornado de elementos formes sanguíneos precedido de una tormenta de suero glucosalino.

Cambió de canal, sorprendido por su propio inconsciente y encontró lo que parecía una de esas películas de cine negro de los años 50, esas que tanto le gustaban cuando era un joven estudiante. El científico espera en una sucia esquina bajo un farol agonizante. Llueve a cántaros, la gabardina y el sombrero están empapados. Busca un cigarrillo en sus bolsillos, pero están tan mojados que se deshace entre sus dedos. De repente al otro lado de la calle una puerta se abre y aparece la silueta de ella, su perdición, cogida del brazo de su archienemigo, su némesis. El científico saca una viejo revólver del bolsillo apunta a la pareja y aprieta el gatillo. Pero el gatillo está fijo, no importaba la fuerza que aplique, parece soldado, inamobible. Se da la vuelta y se va caminando. Ellos ni siquiera le han visto.

Giró la rueda una vez más y allí estaba, lo que buscaba desde un principio, una pantalla sin nada, ruido blanco, ensordecimiento y liberación. Allí no había horror vacui. No había experimento, ni fracaso ni humillación. Era la nada, el no pensamiento. Feliz, se acurrucó en el sillón y suspiró aliviado.

viernes, 11 de junio de 2010

Buen día para olvidar

Llevo toda la noche buscando por casa al Señor Sapo.

He mirado debajo del sofá, en el mueble de la tele, incluso detrás del cesto de la ropa, donde suele dormir en verano.

Y hoy no quiere aparecer. Ni yo encuentro más motivos para esto . . .

Quizá debería haberme ido con él, pero tampoco me había avisado.

A veces pienso que no merece la pena. Y sin rodeos; que no mereces la pena.

Spotify sí que merece la pena, siempre me da alegrías. He escuchado "Bigmouth strikes again" unas catorce veces. Me gusta traducirla como "Bocachancla contraataca", y si soy un poco bocachancla...será porque no puedo evitarlo.

Esta tarde hablé con La Ardilla Roja. La echaba de menos, sinceramente. Ha sido uno de los mejores momentos del día.

¿Y ahora qué? ¿Qué quieres que haga? ¿Sentarme y esperar? El Señor Sapo no ha esperado a nadie, ¿por qué debería esperarte yo? .

Entonces me levanto, salto por encima del cargador del portátil, y como si no hubiese entrado antes, me acerco despacio al baño a retirar el cesto de la ropa...y vuelvo a no encontrarlo.

Tienes que contarme donde escapas cuando pierdes los motivos, o por lo menos, llévame alguna noche contigo. Prometo no contarlo a nadie, pero deberías dejar que te siguiera alguna vez. Yo también quiero evadirme y no pensar. Aunque los dos sepamos que es ella quien juega a no pensar. Te prometo que no hablaremos de ranas, pero hoy quiero perderme.

Buen día para olvidar, es el título de este post, y el de una canción que hasta hoy no había querido tanto. Porque al menos, la entiendo diferente. ¿Es un dia propicio para ser olvidado, o realmente... ¿es hoy un buen día para empezar a olvidar?

Estaba decidiendo si olvidar el día u olvidarme de tí y...justo antes de irme a dormir, he escuchado un ruido el el balcón.

Ha sido suave y discreto.

Miro desde el sofá y lo encuentro apoyado en la barandilla. Le brillan los ojos, sonríe.

Sigo sin saber de donde viene, pero ... de repente no me importa.

Ha llegado el Señor Sapo. Y se está lamiendo una pata como si fuera un gato.

Sé lo que está pensando, y el sabe lo que pienso yo. Sabe que esta noche casi me quedo sin motivos y he pensado en abandonar.

Y el Señor Sapo sabe la importancia de la paciencia. Ha querido enseñarme a esperar medio segundo más. Sinceramente...esta vez empezar a olvidar estuvo demasiado cerca.

Tú no has sido tan consciente, tú has levantado la bola de partido sin darte cuenta, en el último instante. Pero hay que darte el punto por válido.

Volverás a irte y volveré a no encontrar motivos. De hecho, algo me dice que será pronto.

El Señor Sapo lo sabe pero no quiere contármelo. Me conoce y sabe que me gustan las sorpresas... pero hasta cierto punto.

Por hoy ha sido suficiente.
El Señor Sapo duerme en casa. Confío en él, y agradezco que haya vuelto.
Y si vuelve a irse...sus motivos tendrá. Pero al menos esta noche ha demostrado que se merece el título de "señor".

Tu también volverás a irte. No sé si antes o después de mi siguiente "Buen día para olvidar", pero sospecho que si se solapan ambos instantes . . . no tendré ninguna intención de salvar el partido.

Creo que me retiraré antes de perderlo. Y el Señor Sapo me apoyará. Encogerá los hombros, se volverá a lamer la pata como los gatos, me mirará de reojo, y sin decir nada, se irá a dormir tras el cesto de la ropa.

Y todo volverá a estar en orden.

Cada uno en su casa, y tu Dios en la de todos.

...Que siga el partido ...

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jueves, 10 de junio de 2010

Historias (2ª parte)

-¿Qué quieres decir?
-Nada, es sólo una historia.
-¿Cómo sigue?
-¿Cómo sigue? No sigue. Pero podría seguir así:

Cuándo Xavier Otxoa salió de aquel lugar la cabeza le daba vueltas, incluso estaba un poco mareado, pero se sentía eufórico. La vida le había guiñado un ojo. Pero él tenía un problema enorme: nunca supo guiñar.

Así, con una mezcla de exaltación e impotencia, Xavier volvió a casa, a una casa que le parecía que estaba a cientos de kilómetros. Sus pies se calentaban con la larga caminata, pero cada vez tenía la cabeza más fría. Y seguía sin poder pensar con claridad.

Pasaron los días y todo en la vida del Sr. Otxoa parecía inalterado, como si nunca hubiera recibido aquella llamada. Volvió a levantarse cada día temprano, a no desperdiciar ni minuto de su tiempo y a trabajar en cosas de elevadísima importancia.

-Pero… no es verdad, ¿no? En el fondo algo habrá cambiado.
-No lo sé aún. Tendremos que descubrirlo conforme avance la historia.

lunes, 31 de mayo de 2010

Historias

-¿Y ahora qué?

- Y ahora, ¿qué? Mira, te voy a contar una historia:

Había una vez un señor llamado Xavier Otxoa Lasa. El Sr. Otxoa siempre estaba ocupado. Nunca tenía tiempo para nada ya que siempre estaba haciendo cosas de elevadísima importancia. Estaba muy contento ya que decía que lo peor que se puede hacer con el tiempo es perderlo. “¡No se recupera! Si lo pierdes, perdido queda” decía cada vez que alguien le sugería que se tomara la vida con más calma.

Un día, al irse a dormir, justo antes de cerrar los ojos, sonó su teléfono: “¿Xavier?”. Él se limito a asentir durante toda la conversación, a veces, exclusivamente con la cabeza así que al otro lado preguntaban de vez en cuando si seguía escuchando. Entonces él susurraba un sí que no llegaba a convencer a nadie. Lo único diferente que dijo en toda la conversación fue justo antes de colgar. Carraspeó un poco y dijo: “No, llevas toda la razón”. Y colgó.

A la mañana siguiente se levantó como de costumbre a las siete de la mañana, no podía perder ni un minuto. Era otro día más, de trabajo, de estudio, comer, leer y comprobar que sus amigos y familia seguían bien. Pero antes de irse a dormir miró el teléfono. Hoy no iba a sonar así que se vistió despacio, se peinó meticulosamente, se ajustó bien el nudo de la corbata cogió su sombrero y salió a la calle. “A veces hay que darse un capricho” pensaba mientras caminaba paralelo al río. El viento leve en la cara hacía que se olvidara del trabajo, del estudio, de comer, de leer y de sus amigos y familia. Siguió caminando y al llegar al final de su camino, abrió la puerta y entró.

- ¿Y?

- Y aquí estoy.

domingo, 2 de mayo de 2010

La Isla


- ¿Desde donde me hablas?, que no te veo.

- Estoy aquí.

- Aquí, ¿dónde?

- Da igual, sólo escucha: antes de que me vaya...

- ¿Irte?, ¿a dónde?

- Antes de que me vaya, tienes que pedirme algo.

- Pero, ¿dónde vas?, ¿qué tengo que pedirte?

- Lo sabrás cuando llegue el momento. Tengo que irme.

- ¡No te vayas!, ¿qué tengo que hacer?

- Ya lo has hecho...



PD: Tanta paz lleves, como descanso dejas.

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sábado, 1 de mayo de 2010

Guerras Médicas (I)

Era el primer día en la Facultad de Medicina, A. y yo entramos bajo el pórtico con una especie de temor reverencial, habíamos estado antes allí pero solamente en escaramuzas burocráticas. En cambio, aquel día era diferente, íbamos a comenzar el primer curso. Nos habían convocado en al Aula Magna y solamente el nombre nos hacía sentirnos dichosos. Entramos despacito, rodeados de todos los demás estudiantes, apretados y en un semisilencio expectante. Nos sentamos. Comenzamos a mirar a nuestros compañeros, todos parecían compartir nuestra emoción. Entonces hizo su entrada el decano, rodeado de sus acólitos. Un silencio expectante envolvió el aula magna. Algunos se miraban perplejos. Otros parecían no darse cuenta de nada. El decano era muy alto, extremadamente delgado, vestía una toga negra y raída con la banda amarilla de medicina llena de manchas de grasa, y su cabeza era la de una mantis religiosa. De vez en cuando frotaba sus manos una contra la otra. Subió al escenario, se colocó en el atril y con su odiosa voz, similar al chirrido que hacen las ventanas viejas de aluminio que se atascan cuando las abres, comenzó el discurso. ‘’Bienvenidos, gusanos miserables. Han llegado ustedes a este templo del saber arrastrándose por un sistema educativo que premia a los incompetentes y a los degradados mentales. Me comprometo pues a conseguir que en los próximos seis años su conocimiento se amplíe exponencialmente. Al mismo tiempo desterraremos de su cabeza, eficaz y eficientemente, todo atisbo de libertad de pensamiento y de autonomía. Porque deben ser conscientes de la única verdad absoluta que les vamos a contar dentro de estos muros: son ustedes basura. Sólo otra generación de basura. Estoy convencido de que entre ustedes hay algunos que albergan la idea de la medicina como un bien para la humanidad, como un motor del progreso… señores, no sean ingenuos, la medicina no es más que economía, y ustedes son el producto que hemos de modelar para que nuestros clientes queden al mismo tiempo satisfechos y frustrados. Son ustedes objetos al servicio de nuestros caprichos, no se resistan, abracen esta idea en su mente y pronto la felicidad del no pensamiento estará a su alcance. Bienvenidos sean a la Facultad de Medicina.’’

miércoles, 28 de abril de 2010

Soñando

La otra noche soñé contigo. Espero que puedas perdonarme, pero soñé que éramos felices. No era mi intención, te lo prometo, pero no pude evitarlo. El miedo no nos atenazaba la garganta, y respirábamos el mismo aire que todo el mundo, no este maldito fuego líquido. Soñé que despertaba y al girarme hacia tu lado de la cama no sentía la punzada de saber que no estarías allí. Perdóname, pero soñé que jamás nos habíamos conocido.


lunes, 26 de abril de 2010

Sintió cómo le robaban el mes de abril,
y despertó desnudo,
soñando que viajaba en un maletín.
Se sentía tan joven y tan viejo,
y tantas veces le tocaron las cicatrices,
que los besos ya no curaban igual.
Como un pez de ciudad,
deambula por las calles,
absorbiendo el oxígeno oxidado,
tocando sin tocar,
manteniendo su burbuja intacta,
y ajena,
siempre ajena.
Y es que su miedo era tan grande,
que también la incluía a ella.
Y la contagiaba.

lunes, 5 de abril de 2010

...pero a mí me gusta tanto...

- Eh! mira allí, que suerte, una piedra preciosa !
 
- Mhmhm... no, no sé de qué me hablas...

- Allí hombre, ¿pero no la ves?

- ¿Piedra preciosa? .... eso... eso es un ladrillo

- Ya... pero... pero a mí me gusta tanto...


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jueves, 18 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

Creo que fue el momento
más nostálgico y doloroso de mi vida.
Más que mis seis y más que aquel chico
que decidió dejar de besarme.
Llovía con fuerza
y el aire olía a tristeza y a lirios.
Y a miedo también.
Yo sujetaba con fuerza su mano
mientras fijaba la vista en mis zapatos.
Entonces alguien dijo:
"Hasta los ángeles están llorando",
y recordé las tardes en el sofá,
tu manera de llamarme, la esquina de aquel banco,
y tu voz susurrándole.
En realidad confiabas ciegamente en él.

viernes, 12 de febrero de 2010

Coincidiendo

6:00 AM

Hace frío. Veo salir el vaho entre tus labios mientras esperamos el tren. No se abrirán para decir nada. Lo sé.

6:07 AM

Te veo entrar en el tren. Te sigo, y no sólo con la mirada. Me siento a tu lado y espero, pero el coraje no llega. Nunca llega.

6:30: AM

Me bajo del tren decepcionado conmigo mismo. Voy hacia el metro y veo que ya estás dentro, en el mismo vagón en el que me he subido. A mi lado de nuevo. Mirándonos de nuevo, pensando en si las coincidencias existen. Sin duda, si existen, no están faltas de ironía.

6:35 AM

Ya está. Cuando me baje del metro te diré que ha sido un placer conocerte esta noche. Me pondré en la puerta esperando para bajar y te lo diré.

6:37 AM

Me levanto y voy hacia la puerta del vagón en la que estás apoyada. Aún no abro la boca. Te giras hacia la puerta también. Ya no sé si esperaba que bajaras conmigo o que no. Lo único que se es que cuando bajaste, tomaste la dirección equivocada.

6:50 AM

Me meto en la cama. No puedo dormir. Aún coincidimos en mi cabeza.

martes, 19 de enero de 2010

[...]

y me esfuerzo en perseguirte

aunque hace tiempo que perdí tu rastro.

martes, 5 de enero de 2010

Esta noche...

Estoy muy nerviosa esta noche. Me cuesta dejar de pensar en tí, y no consigo concentrarme en casi nada que me proponga.

Me resulta tan injusto que todas mis ilusiones dependan de tí...casi tan injusto como saber que casi ni me conoces, y sin embargo, ya he dejado todo en tus manos.

No sé por qué no has contestado a mi carta. Puse toda mi esperanza y mis deseos en ella, pero aún no tengo tu respuesta...

Y a pesar de todo, hoy he salido a buscarte. Me he lanzado a la calle, decidida, y he buscado con ansia tu cara entre la multitud. Allí estabas. Tan elegante, pero tan lejano, tan innacesible. Te sientes único y sabes jugar tus cartas, todo el mundo se fija en tí, te mira y te sonríe, pero tu nunca eres capaz de clavar la mirada en nadie.

He vuelto casa impaciente, casi angustiada.

Cae la noche y comienzo a echarte en falta, ¿pero sabes? algo me dice que vendrás.
Sé que no he sido mala chica, y en el fondo, hasta confío en que tú tambien lo sabes.

Me costará mucho conciliar el sueño esta noche. Daré mil y una vueltas en mi cama, miraré la puerta imaginando que entras, silencioso, mientras yo hago que duermo.

Y de repente comprendo que no es posible. Me quedaré dormida y entonces llegarás tu, evitándome, como si no quisieras verme, o mejor dicho, como si no quisieras que yo pudiese verte a tí. ¿Que me escondes, por qué tanto misterio?

Me conozco bien la historia. Llegará la mañana y despertaré sola en mi cama. Volveré a mirar a la puerta, e incluso a la ventana, pero tú ya no estarás aquí.

Sin embargo, se que habrás estado aquí. Algo me dirá que estuviste conmigo en el cuarto, tan cerca, pero tan lejos... Cada vez se hace más insoportable.

Se me echa un nudo a la garganta mientras, precavida, te dejo algo en la cocina por si llegas con hambre.

Baltasar, sabes que todas mis ilusiones depende esta noche de tí. Por favor, tráeme este año la bicicleta.

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