viernes, 22 de abril de 2005

Utopía

Hoy estaba más meditabundo que de ordinario, pensando quizá en cosas que nunca habéis pensado. Afuera se oye el estrépito y la algarabía de los neófitos de la vida en su recreo matutino, y mientras, en mi cabeza siguen rugiendo tormentas imaginarias.

¡Cuan solitaria es la vida de un soñador!. Cada día me levanto con el deseo de que se acaben las dudas y de que una vez por todas queden enterrados esos mil signos de interrogación que hace tiempo me siguen la pista y me hacen zozobrar penosamente: ¿Habrá alguna salida?, ¿se puede seguir siendo un soñador y beber agua de sueños negando la realidad?, ¿hasta cuando?, ¿qué hacer con los remordimientos?, ¿y con los sufrimientos?, ¿por qué?, ¿qué es verdad y qué es mentira?

Pero dejemos escapar el tiempo y atrevámonos a escribir ecuaciones de palabras:
Organización=Burocracia
Organización+Hombre=Sociedad
Sociedad=Alienación

Aún sigo ahí, la mirada fija dirigida hacia ningún lugar, mas sólo logro oir el llanto lejano de un niño y, aguzando más el oído, hasta la agonía quejumbrosa de la naturaleza.

Y yo aquí... atado de ignorancia



P.D: no es mío, lo escuché en la radio

sábado, 16 de abril de 2005

Eurinio

Eurinio nunca fué demasiado listo. Nunca levantó la mano antes que el resto, nunca se acordó de recoger las cáscaras, y rara vez tuvo curiosidad por dejar de rascar su culo.

Eurinio nunca fué demasiado limpio. Acumulaba restos bajo su cuna, bebía agua agachado sobre el estanque, y se orinaba donde mismamente comía.

Eurinio nunca destacó por ser elegante, por vestir a la moda, ni por visitar remotos lugares.

Cada mañana se acercaba a su cristalera. Miraba, sonreía, se protegía de las luces con el dorso del brazo; incluso a veces se sacaba aquella mano del culo y jugaba a redoblar las palmas.


Nunca nadie prestó especial atención a Eurinio. Él era sólo uno más. Uno más entre tantos. Ni el más listo ni el más elegante.

Nadie preguntó nunca por él. Nadie le lanzaba exclusivamente a él un cacahuete.


Eurinio nunca fué un tipo listo. Pero siempre será un grandísimo Chimpancé.

Cuidese, Señor Eurinio. Cuídese.

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domingo, 10 de abril de 2005

Arrebato (Santiago de Compostela)

5-VIII-98

Mustio de armonía mi vida es un constante retorno al infierno mientras espero la eterna venida tardía de mi primavera y musito palabras que nadie escucha.
Me pregunto si todo esto merece la pena sólo por ver la cansina mirada de unos ojos que no me miran.

La lluvia apaga el sol y todo se viste de la noche plateada en la que siento el calor de la luna y leo los pensamientos de las estrellas. Mis ojos sólo ven como mis manos se deslizan por la hoja y le arranca palabras que nadie comprenderá. Entonces solo me queda esperar que bajes y vuelvas a despertar (sólo por un momento para no cansarme) mi dormido corazón. Entonces podré.

Aguardan olvidadas en mi memoria las palabras de aquel viejo poeta que nunca escribió nada. Pero mientras las cucarachas sigan mordiendo mis pensamientos serán las mentiras disfrazadas de verdades las que calmen mi dolor. Luego podré beber oscuridad y encontrar en mi interior la soledad y la alegría, el tumulto y la tristeza. El sentirse dormido y olvidado, ajeno, perdido.

Por La Ardilla Roja.

Arrebato en un Autobús.