viernes, 8 de julio de 2005

El arco iris

En su recuerdo, un atardecer sin prisa. Era el cansancio acumulado el que ralentizaba el tiempo. Por entonces, ella tenía la sonrisa más triste que se puede tener con 20 años.

También había alguna mirada silenciosa y cómplice. El ambiente era demasiado propicio para la debilidad emocional. Y aunque se resistió, acabó preguntándoselo:

Pero, ¿dónde has estado este tiempo?

Desde donde empieza su memoria, hasta donde acaba su razón perdió la oportunidad de disfrutar de grandes momentos por pensar en las consecuencias que de ellos se podían derivar.

Demasiadas veces dejó pasar el tiempo. Y no siempre es bueno esperar a tener las cosas claras.

Es como esas cosas de las que tienes la certeza de que existen, pero que ignoras. Y entonces alguien le pone un nombre. Y es cuando se te cae un mito, porque de pronto todo encaja como un puzzle sideral y tiene sentido. y lo ves en todas partes. Y entiendes el porqué...

Y ya no es como antes, que también estaba en todas partes, pero de forma implícita. Sólo insinuado, nunca mostrado.

A veces es más placentero desear las cosas cuando no se conocen. Ya nada sería como antes.

Cuando era mejor...

Ha intentado convencerse un millón de veces con alguna frase que no dijo: "Entre tú y yo: el arco iris, no es un arco, es un círculo. Y tiene una mitad oculta que no vemos porque se pierde por detrás del horizonte".

Y se olvida de los acordes en las canciones. Aún con más frecuencia que antes. Incluso olvida las letras...

A veces piensa que la gente le tiene miedo. Cuando alguien le abre su corazón, acaba desapareciendo de su vida. Es normal, acercarse demasiado es correr el riesgo a comprometerse.

Ya nunca llora en público. Y, a veces, le gustaría, pero... es incómodo ver a alguien llorar si no sabes por qué, si no comprendes su dolor. Y tampoco le gustaría parecer sentimental. Es otro riesgo.

Pero los riesgos se han de tomar, porque quien nada hace, nada tiene...

nada es.

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jueves, 23 de junio de 2005

Reflexiones de un Perro Afgano

Fue aquella noche de conversación etílica entorno a una barra de bar. No consistió en una noche anecdótica cualquiera. Fue una noche de las que sientan cátedra. Desde entonces me declaro ateo, no practicante, en materia amorosa.

Por muchas razones.

Porque la verdad y la mentira están tan cerca la una de la otra que carecen de sentido; porque yo soy de esos que piensan que la vida se sostiene a base de contradicciones; y que lo bueno o lo malo son sólo si también lo es su antítesis...

Porque a veces lo dudo. Y la duda es la que me mantiene en la lucha diaria.

Porque si todo está escrito nada está hecho, o mejor, no hay nada por hacer. Que no es lo mismo. Y a eso... me niego. Y lo niego sin convicción. Pero sí con la fuerza estertora que me da el instinto de supervivencia y la falta total de respeto por la derrota.

Y porque aunque me de vergüenza no me lo tengáis en cuenta. Yo, por lo menos, no niego mi condición y eso me ayuda a dormir y aun a veces a descansar.

Y ni siquiera me atreveré a negar (aunque tampoco tengo una real convicción en ello) que si digo algo es por llamar la atención por todo lo contrario. Todo aquello que me callo.

Que me guardo y que me pesa.

Y su peso me mantiene unido a la más terrenal y prosaica de las realidades. Si no fuera así, sin esas piedras en los bolsillos de mi alma no sé donde andaría ésta. Tan lejos de mí como yo mismo me siento al escribir esto.

En cualquier caso no te equivoques. Las ideas no las tiene el que habla, escribe, pinta o interpreta su música. Las ideas están en la cabeza del receptor. Del que mira, lee o escucha. Y son en su interior donde se gestan y donde ven la luz. No me reproches a mí las cosas que no quieres reconocerte.

Por si acaso, lo negaré todo. Y, además, tengo coartada. Ni estaba allí ni escuché lo que dije.

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jueves, 9 de junio de 2005

Arriba, en el Sol

La rotura del hielo, el sol, los ángeles, las ilusiones, las guitarras.

Nunca suelo escribir con claridad, ni nunca escribo a las cinco de la tarde.
Pensándolo mejor, nunca escribo en total estado de consciencia.

Sin embargo, en momentos como hoy, se necesitan estados provocados de inconsciencia para evadirse de la indeseable certeza que provoca la luz del medio día. Y en ello estamos.

Lo reconozco.
No me pregunteis por qué, pero he vuelto a escuchar a Mama Baker. Me siguen gustando. Hablan de sangre y cerebros con tal ñoñeria que casi nadie repara en lo escatológico de sus obras...

Tengo en la mente la camiseta rosa del elefante, el corazón, las ilusiones de los quince años, y el "Siempre seré un Popi" . Aunque suene demasiado "Push".

Sospecho a cada instante que las historias no tienen principio y final, o que lo tienen pero son en sí el mismo momento. Deben existir agujeros arenotemporales por donde circulen los flujos mediáticos de nuestras vidas y nos conduzcan irremediablemente una y otra vez al mismo punto de partida. Con insultante exactitud.

Ahora veo luz en Vitebsk ... Marc, Vava y Bella han vuelto a nacer.

¿Seguiré siendo yo el que tiembla con el Sol?

No sé quien soy, desde que te ví.

Me provocan desconcierto las contradicciones de la mente. Me provocan las contradicciones de nuestras vidas y me atormentan las provocaciones de mis desconciertos.


Pero recordad gritar fuerte para salir en el disco...

Que ante la duda, se gira "a la dereeecha"

Que los gatos del Divino murieron de coma etílico

Que con la estufa catalítica de tercera mano se toca la guitarra como Amphetamine Discharge

Que hoy día te seguría pidiendo "a vel el collal"

Recordad los sudores bajo el techo gabirro de uralita

Los chocolates con anís y galletas en la época de invierno

Que Mariano debe subir el bajo

Que nuestro Lucky siempre tuvo cara de perro. Doblada, pero cara de perro. (Ven, Chéster)

Que estuvo bien rendirse a la presión policial aquella noche. Éramos los mejores del barrio

Que no es tan difícil tocar en la terraza de una casa si se tiene ilusión

Que no importa el cuando ni el como mientras sigamos queriendo hacerlo

Recordad quien era Xol cuando aún no era Xol

Recordad que miccionar ante presencia femenina no es siempre tarea fácil

Que los microondas de las tómbolas pueden salirte caros

Recordad que la armónica se toca soplando en "Ti- tu ru ri ru ri boots are made for walking"

Recordad que tu tu pá tu pá tu tu pá tu pá. Tu pá

Recordad que tenemos compacts a mil pelos.

Y sobre todo... que puedo hacerte un pequeño agujero y tu podrás soplar a través de mi cerebro. Con el odio tan fuerte que arde tras mi mente, con el calor azul que solo irradias tú.


Espero que sigamos recordando juntos por mucho tiempo.


Cuando te ví, mi corazón estaba parado
en mi habitación con mi cuerpo en tus manos
Volvieron a hervir lagrimas de sal con los ojos cerrados

Una bala de sol rompió mi corazón que estaba congelado.

Arriba en el Sol los ángeles se confunden al vernos
fabricando los dos cada minuto del tiempo.

Se olvidaron de Dios, quisieron ser tú y yo...
y cayeron del Cielo


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viernes, 22 de abril de 2005

Utopía

Hoy estaba más meditabundo que de ordinario, pensando quizá en cosas que nunca habéis pensado. Afuera se oye el estrépito y la algarabía de los neófitos de la vida en su recreo matutino, y mientras, en mi cabeza siguen rugiendo tormentas imaginarias.

¡Cuan solitaria es la vida de un soñador!. Cada día me levanto con el deseo de que se acaben las dudas y de que una vez por todas queden enterrados esos mil signos de interrogación que hace tiempo me siguen la pista y me hacen zozobrar penosamente: ¿Habrá alguna salida?, ¿se puede seguir siendo un soñador y beber agua de sueños negando la realidad?, ¿hasta cuando?, ¿qué hacer con los remordimientos?, ¿y con los sufrimientos?, ¿por qué?, ¿qué es verdad y qué es mentira?

Pero dejemos escapar el tiempo y atrevámonos a escribir ecuaciones de palabras:
Organización=Burocracia
Organización+Hombre=Sociedad
Sociedad=Alienación

Aún sigo ahí, la mirada fija dirigida hacia ningún lugar, mas sólo logro oir el llanto lejano de un niño y, aguzando más el oído, hasta la agonía quejumbrosa de la naturaleza.

Y yo aquí... atado de ignorancia



P.D: no es mío, lo escuché en la radio

sábado, 16 de abril de 2005

Eurinio

Eurinio nunca fué demasiado listo. Nunca levantó la mano antes que el resto, nunca se acordó de recoger las cáscaras, y rara vez tuvo curiosidad por dejar de rascar su culo.

Eurinio nunca fué demasiado limpio. Acumulaba restos bajo su cuna, bebía agua agachado sobre el estanque, y se orinaba donde mismamente comía.

Eurinio nunca destacó por ser elegante, por vestir a la moda, ni por visitar remotos lugares.

Cada mañana se acercaba a su cristalera. Miraba, sonreía, se protegía de las luces con el dorso del brazo; incluso a veces se sacaba aquella mano del culo y jugaba a redoblar las palmas.


Nunca nadie prestó especial atención a Eurinio. Él era sólo uno más. Uno más entre tantos. Ni el más listo ni el más elegante.

Nadie preguntó nunca por él. Nadie le lanzaba exclusivamente a él un cacahuete.


Eurinio nunca fué un tipo listo. Pero siempre será un grandísimo Chimpancé.

Cuidese, Señor Eurinio. Cuídese.

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domingo, 10 de abril de 2005

Arrebato (Santiago de Compostela)

5-VIII-98

Mustio de armonía mi vida es un constante retorno al infierno mientras espero la eterna venida tardía de mi primavera y musito palabras que nadie escucha.
Me pregunto si todo esto merece la pena sólo por ver la cansina mirada de unos ojos que no me miran.

La lluvia apaga el sol y todo se viste de la noche plateada en la que siento el calor de la luna y leo los pensamientos de las estrellas. Mis ojos sólo ven como mis manos se deslizan por la hoja y le arranca palabras que nadie comprenderá. Entonces solo me queda esperar que bajes y vuelvas a despertar (sólo por un momento para no cansarme) mi dormido corazón. Entonces podré.

Aguardan olvidadas en mi memoria las palabras de aquel viejo poeta que nunca escribió nada. Pero mientras las cucarachas sigan mordiendo mis pensamientos serán las mentiras disfrazadas de verdades las que calmen mi dolor. Luego podré beber oscuridad y encontrar en mi interior la soledad y la alegría, el tumulto y la tristeza. El sentirse dormido y olvidado, ajeno, perdido.

Por La Ardilla Roja.

Arrebato en un Autobús.