viernes, 12 de febrero de 2010

Coincidiendo

6:00 AM

Hace frío. Veo salir el vaho entre tus labios mientras esperamos el tren. No se abrirán para decir nada. Lo sé.

6:07 AM

Te veo entrar en el tren. Te sigo, y no sólo con la mirada. Me siento a tu lado y espero, pero el coraje no llega. Nunca llega.

6:30: AM

Me bajo del tren decepcionado conmigo mismo. Voy hacia el metro y veo que ya estás dentro, en el mismo vagón en el que me he subido. A mi lado de nuevo. Mirándonos de nuevo, pensando en si las coincidencias existen. Sin duda, si existen, no están faltas de ironía.

6:35 AM

Ya está. Cuando me baje del metro te diré que ha sido un placer conocerte esta noche. Me pondré en la puerta esperando para bajar y te lo diré.

6:37 AM

Me levanto y voy hacia la puerta del vagón en la que estás apoyada. Aún no abro la boca. Te giras hacia la puerta también. Ya no sé si esperaba que bajaras conmigo o que no. Lo único que se es que cuando bajaste, tomaste la dirección equivocada.

6:50 AM

Me meto en la cama. No puedo dormir. Aún coincidimos en mi cabeza.