miércoles, 23 de diciembre de 2009

Bellezas

Cuando la madera de los muebles suena por las noches como un quejío ronco. Con lunas llenas grandes, de las que iluminan mucho.

Cuando buscas desesperadamente algo que tiene que estar en ese sitio y por fin allí está. Y sientes un gran alivio. Ese alivio.

Y el otro alivio, si se puede llamar alivio, también.

Cuando te da por hablar y resulta que no estás diciendo cosas estúpidas. O te da por estar callado y el silencio no es incómodo.

Cuando las fachadas de las casas tienen forma de cara.

Cuando arreglas el mundo. Pero mucho mejor cuando alguien lo arregla para ti.

Cuando ves fotos de cuando eras niño y, aunque no te des cuenta, se te dibuja una sonrisa. Esa sonrisa.

Y las otras sonrisas, muchas veces, también.

Otras no, pero no es el caso.

Y por supuesto siempre, pero siempre, que suena esa canción. La canción.

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1 comentario:

  1. Que dificil me resulta a mi escribir sobre la belleza sin parecer ñoño, pero leyéndote cosas asi...parece tan fácil..

    Me ha gustado muchísimo, anoche casi me pongo a las mil a contestar yo con mi post....

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