Llegaste con la lluvia para marcharte como el sapo.
Lloviste océanos gaseosos, y creciste a la sombra, como el sapo.
¿Sabes? Saltas rápido, pero vuelas algo peor.
¿Sábes? Pensaba que la “a” llevaba tilde.
¿Sabes? Vuelas mal, pero siempre llegas lejos.
¿Sabes? … Sí, tú ya lo sabes, tú siempre lo sabes.
Y la rata pelirroja se deslizó por su agujero de gusano.
Lloviste océanos gaseosos, y creciste a la sombra, como el sapo.
¿Sabes? Saltas rápido, pero vuelas algo peor.
¿Sábes? Pensaba que la “a” llevaba tilde.
¿Sabes? Vuelas mal, pero siempre llegas lejos.
¿Sabes? … Sí, tú ya lo sabes, tú siempre lo sabes.
Y la rata pelirroja se deslizó por su agujero de gusano.
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¿Aparecerán juntos alguna vez el señor sapo y el señor Eurinio?
ResponderEliminarEntre tanto, cuídense...
Sin duda alguna que planearemos algún cameo del señor Eurinio en las desventuras del señor Sapo.
ResponderEliminarCuídese usted también, señora Ardilla.