sábado, 8 de noviembre de 2008

Montar en bici

Pude escuchar al niño llorar cuando el profesor hizo la primera incisión. No le dolía, tan sólo tenía miedo. Cuando el profesor retiró las costillas el niño dejó de llorar. Tras escuchar una larga perorata del profesor acerca de algo llamado mediastino, observó a un alumno que se dirigía con la mano amenazadora hacia su pecho. Vio como un momento después sostenía su corazón, parado, en las manos. Comprendió entonces que había muerto. 
Había muerto, y ni siquiera pudo aprender a montar la bici que le habían regalado por su cumpleaños. 

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