martes, 20 de enero de 2009

Fauna de los 80 ( I )

Siempre que recuerdo mi infancia me siento algo ridículo.

Pienso que realmente no ha pasado tanto tiempo, y que es demasiado pronto para sentarse en una placita al sol y revivir los años pasados. Como ahora, cuando te ves en una foto antigua y dices "Madre mía, donde iría con esta cara, que niños éramos ..." y al reverso lees, escrito a mano, "2005".

La misma sensación tengo ahora.

Sin embargo, haber nacido a principios de los ochenta justifica dicha vergüenza. Y no por que hayan pasado casi treinta años, sino porque los ochenta...fueron los ochenta.

Y no hablo de la edad de oro del pop, de la movida madrileña ni de los tupés, porque éramos pequeños para todo aquello por mucho que ahora nos resulte atractivo.

En aquellos años todo era absolutamente diferente: jugábamos en la calle, pasábamos la tarde en casa del vecino, merendábamos "Conchas Codan" del SuperUdaco, veíamos Bola de Dragón puntualmente a las seis de la tarde, teníamos muchísimos y muy difíciles deberes, nos preocupaba como pasar la puerta verde del "Atic Atac", echábamos partidas al "Hero Quest" en el rellano de la escalera, nos escondíamos del "Tío del Burto", coleccionábamos las pegatinas de los "GiJoe" que daban en los chicles, y cruzar la calle para comprarse un "Tokke" en el barrio de enfrente era todo un acontecimiento.

Ahora esto no pasa. Y si pasa, no pasa como antes.

Quizá la diferencia esté en la "inocencia colectiva".

Antes estaba Galerías Preciados para todo. Es que no había más, y además allí estaba todo y todos íbamos allí. Y ahora compramos bolígrafos de tinta invisible en HongKong, porque en "DealExtreme" tienen cosas muy muy baratas.

¿Recordáis cuando en mitad de cualquier descampado, entre piedras, había escondida alguna revista X? La gente las compraba y lógicamente debía tener tan preciado material en un lugar seguro y a salvo de regañinas. Hoy, juraría que en el 99% de los ordenadores domésticos han aparecido alguna vez unas tetas, habiéndolo querido o no.

Y por supuesto, fuiste el más malo del barrio cuando tiraste la bomba fétida en la zapatería de Mirasierra.

Sigo odiando a una amiga por utilizar de manera compulsiva la frase "los niños son como esponjas". Es que ella "estudió" magisterio infantil, y como es lógico sabe de niños más que nadie. Y lo que ella diga, es. Prometiendo no volver a utilizar jamás dicho tópico, he de admitir que a mí de niño las cosas me empapaban más de la cuenta. Sí, yo me lo creía todo.


Hace unos años, una tarde, Sonia me dijo por hacer la coña "Tú es que te creías el Pressing Catch, ¿no?"... pues oye, sí, la verdad que sí, que si le pegaban con la silla a Hulk Hogan yo lo pasaba mal. Y que si había Royal Rumble estábamos toda la tarde nerviosos y nos juntábamos en casa de Jairo a ver los combates.

Tantas cosas me creía que me llegué a creer que mi padre se estaba cosiendo un paracaídas en casa. Sí, el solito, a mano y en una mesita que había en el salón. Se tiró medio invierno haciéndose un paracaídas rojo. Luego llego Nochebuena y en mi casa apareció Papa Noel, con su traje rojo, y me trajo una moto a batería. A mí nunca me ha importado que Papa Noel llevase aquella noche un "paracaídas" puesto, de hecho tarde años en relacionar tales circunstancias y descubrir lo que mi padre había estado cosiendo.

Con todo esto los recuerdos apuntan en numerosas ocasiones a personas, aunque resulta mucho más facil decir que echas de menos los ochenta que reconocer que echas de menos como éramos entonces y estar con esas personas.

Recuerdo a muchísima gente de entonces, seguramente a más gente que la que ahora me recuerda a mí. A algunos se les echa de menos, a otros de más, pero a todos y cada uno se les tiene un cariño imborrable.

Muchas veces os he dicho que no escribo para nadie, que escribo para mí y por transcribir lo que tengo en la cabeza y asegurarme de que en algún lugar lo he dejado a salvo.

Esta vez no será menos, y bajo el titulillo "Fauna de los 80" reuniré los recuerdos que guardo de aquellas personas y sus vidas. Aunque escriba esto hoy y el próximo sea en Septiembre, pero no importa, total, después de veintimuchos años.... que más da.

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5 comentarios:

  1. Tío en mi casa todavía está el "Hero Quest" guardao en el altillo de la cochera, jaja... y yo también creía que el Pressing Catch era de verdad. Todo el mundo lo creíamos y el que diga lo contrario, miente. Lo que pasa es que yo era más de "El último guerrero"... y con el enterrador me hacía caquita (tanto no, pero algún bello de punta no te digo que no)

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  2. Salvo por los monos naranjas que nos ponían nuestras madres aquella fue una buena época. Hace poco soñé con una de esas veces que me quedaba a dormir en casa skorzo, alli al lado del primer descampado de la vega donde a veces me arrastrabas a jugar al fútbol con tus coleguillas del barrio y que hoy es un amasijo de ladrillos. Recuerdo unas porterias hechas con cuatro palos y plásticos de esos de cuadros de las obras. Y todos como perrillos de las praderas oteando el horizonte por si aparecía el señor del haza.

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  3. En efecto, muy muy buena memoria, Nadie. Las porterias eran de plástico de obra y en efecto, nos preocupada el señor del haza. Ese señor que nosotros llamábamos "El Tío de Burto". Pero ya os contaré más adelante...

    Un saludo y gracias por conservar esos recuerdos.

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  4. Dios!! ni siquiera yo me acordaba de quién era "El Tio del Burto", pero es verdad que existía el señor del haza!!! Y vaya si nos daba miedo...
    Y recuerdo las cabañas que haciais, y las 3 pruebas que había que pasar para pertenecer al club de privilegiados, y un pozo...o yo he soñado que allí había un pozo??
    Y el relojero, o cara-maní (skorzo siempre se consideró autor del mote, jaja) que cronometraba si pasabas mucho tiempo en la cochera para bajar a regañarte; sí, en esa cochera que se inundaba cada vez que llovía...
    Y tanta gente que ahora ves por la calle y: "Mira, ese es mi vecino!!" Y quien va contigo te dice: "No puedes tener tantos vecinos..."

    Pues a lo mejor no vivían en la puerta de al lado o ni siquiera en el mismo bloque. A lo mejor ya no viven alli o hasta me he mudado yo pero han compartido mi infancia conmigo y para mí, van a seguir siendo mis vecinos.

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  5. Ehhhhh! Que ilusión me hace que comentes !!

    Jajaja que bien te acuerdas de todo, eres genial. Iré poniendo más capitulillos y seguro que también te acuerdas.

    Por supuesto que lo de "Cara Maní" es autoría mía, y las generaciones posteriores lo siguieron utilizando...

    Gracias por comentar, por acordarte, y por tenerle tanto cariño a estos recuerdos como yo.

    Un beso.

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