viernes, 30 de noviembre de 2007

Niñatos

Cada vez estoy más seguro de una cosa, soy un niñato. Siempre con la arrogante idea de que la vida me debe algo. Miro a mi alrededor y no me gusta lo que veo pero en lugar de observar mi propia culpa cargo con violencia hacia los demás. Soy un niñato, no tengo las manos largas pero si una sonrisa falsa.
Quizá sea una víctima más de la sociedad del bienestar, quizás sea cierto que mi generación es decadente, que somos un puñado de niños aburridos que no supimos crecer a tiempo atontados por las drogas, el fútbol y la televisión y ahora nos sentimos fuera de lugar en el mundo de adultos que comenzamos a vislumbrar a nuestro alrededor. Nos hemos criado en la ignorancia de nuestra absoluta complacencia, achacando siempre nuestras carencias a algo abstracto y ajeno, fuera de nuestro alcance. Somos una generación conformista porque nunca hemos visto nada cambiar a mejor, solo vemos una cuesta abajo hacia la corrupción y la autodestrucción de nuestros supuestos valores culturales. No creemos en un cambio positivo, ni siquiera creemos que lo merezcamos. En nombre de la diversidad cometemos crímenes atroces. En nombre de la libertad bombardeamos países enteros. Somos una generación condenada a ver cambiar el mundo, el maldito calentamiento global se convierte en una moda y todos queremos ser ecologistas y a veces hacemos la compra con bolsas de tela para no seguir consumiendo plástico y otras veces nos equipamos completamente y vamos a disfrutar de un día de sol y nieve, contaminando la perfección de una ladera nevada con un pueblo de hoteles con spa y burger king, borrachera y diversión en un paraje único; llenándolo todo con bolsas de patatas, cáscaras de pipas, vasos de plástico rotos y putos envases de cacao labial. El vidrio lo reciclamos.
Hemos vendido bien barata nuestra libertad y nuestra dignidad. Casa y coche. Televisión y ordenador personal. Gimnasio y centro comercial. Tenemos la cabeza llena de frases publicitarias que nos dictan cómo ser, como sentirnos. Consuma. Vea la televisión. Y obedecemos como niños buenos. Compramos y compramos y compramos. En el fondo es eso lo que somos, una generación de consumidores.

2 comentarios:

  1. ...es que no he podido evitarlo...

    "Uaa.. soy un macarra... uaa.. de pelo extraño...sonrisa falsa (¿fácil?) y manos largas.."

    Un abrazo y me alegro de volver a leerte vomitar.

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  2. me alegro que pillaras la "referencia cultural" aunque estuviese un poco equivocada..

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